The Ashes

Estos días estamos con The Ashes produciendo su disco en Molecula Studio y tienen un sonido muy parecido a los Foo Fighters. (incluso se suspendieron las grabaciones de esta semana porque los Foo estan en Buenos Aires y la banda va a verlos).

La banda vino con claras intenciones de grabar en vivo, cosa que logramos a pesar del poco espacio con que contamos como para algo así. Cuando necesitas espacio para la individualidad, también tiene que tirar esa idea de la perfección o al menos tener la posibilidad de corregir detalles. En algún momento, la banda señala que la individualidad es lo único que tiene y que quiere simplemente que salga a la luz lo mejor, en una sola toma.

En estos casos hay que prever todo, especialmente esas cosas que arruinarían la toma. Podría ser cualquier cosa, desde el instrumento equivocado a la temperatura incorrecta del aire acondicionado en la sala. Por eso no sólo es cuestión de memorizar un conjunto de pasos.

Así que cuando evaluamos como sería la grabación, nos aseguramos de que no sólo estabamos considerando el punto de vista de la banda sobre si misma, para lo cual nos juntamos y conversamos antes de empezar a armar la agenda.

Algunas bandas solo suenan en vivo y no hay otra manera de concebirlas. Lo único que necesitan es el espacio físico para armar sus instrumentos, mirarse y a sonar. Y no necesariamente de un sistema de grabación en particular. Se trata simplemente de colocar la red adecuada para capturar ese sonido.

Lo difícil de esto es no apartarse de lo que la banda es. No todas las bandas tienen esta fuerte convicción hacia lo que se supone que son, pero cuando te encontras con este tipo de banda que necesita jugar en vivo, tenes que dejarlos o los terminas matando. Ellos toman sus guitarras y baquetas. Se pone la máquina a grabar y ya está.

Me acuerdo cuando vino a grabar Beto Satragni, grabamos un disco en una tarde. Era algo como latin-funk-jazz-candombe. La grabación resultó ser genial. Debido a que la banda estaba bien ensayada, los músicos eran todos increíbles, todo lo que tenía que hacer era tirar algunos micrófonos y ajustar el monitoreo.

Es difícil saber que va a pasar cuando empezas a grabar a cada músico por separado desde el principio sin tener idea de lo que la banda quiere alcanzar. Al grabar en vivo, no hay incertidumbre. La banda escucha la toma, dice que sirve o no, y ese es el final del tracking.

El lugar es importante, cuando la habitación apesta, apesta. Esto destroza una grabación tan rápido como la novia llamando al teléfono celular en medio de la mejor toma. Una banda en su espacio de práctica es una situación muy natural. Todo el mundo puede escuchar y ver a todos los demás. Es una zona de confort.

Creo en las bandas en vivo y se que suenan muy bien, pero no se necesita mucho tiempo para saber cuando no está funcionando. Una buena banda sonará mezclada con el mínimo esfuerzo. Ellos han hecho toda la mezcla por sí mismos.

Algunas bandas no tienen la chispa para esto. Hay una gran cantidad de músicos que tienen algo musicalmente creativo e interesante que ofrecer al mundo, pero que no logran un buen empaste. En ese momento, no queda otra opción que pasar al otro método. Pero siempre vale la pena hacer el intento.

Hay algunos grandes beneficios para las bandas que son capaces de tocar en vivo, pero al final del día lo unico que importa es lo que sale de los parlantes. Muchas veces se termina con un híbrido de las dos formas. Sobre la toma en vivo, se quita o se regraba algún instrumento que no salió bien.

Con The Ashes las cosas se dieron naturalmente. Algunas cosas se regrabaron, otras quedaron tal cual salieron en el momento.

Ya terminamos el tracking y ahora estamos en la mezcla.

Hay muchas maneras de preparar la sopa, sopa casera. La cosa es estar seguro y no dudar de que va a salir algo rico.

David.

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.